Hoy la palabra productividad la tenemos hasta en la sopa. Es un término que se emplea para evaluar la eficacia de una labor en sus diferentes aspectos. ¿Te has preguntado alguna vez qué beneficios genera a la sociedad el tipo de relación que llevas con tu compañero o esposo? Y por otro lado, ¿Qué beneficios aporta el tipo de personalidad que has ayudado a formar en cada uno de tus hijos?
Si estás en el caso de pensarlo por vez primera,, no respondas inmediatamente, por favor. Analiza tu situación como si te miraras de cuerpo entero frente a un espejo.
Querámoslo o no, el impacto emocional que dejamos en las nuevas generaciones hablará en los análisis sociales que se hagan a futuro. Y, desde luego, tenemos una responsabilidad en los resultados finales. Veamos quiénes son esos seres a los que decimos amar “más que a la vida”…
¿Acaso son chicas incumplidas en su palabra, irresponsables con sus compromisos, varones que han dejado mujeres embarazadas sin el menor empacho?
¿Son hijos e hijas que no alcanzaron a terminar ni siquiera su escuela preparatoria… que compran certificados y calificaciones?
En la escuela hacen todo menos estudiar y adquirir ciencia y conciencia?
¿Quizá son jovencitas que van por su tercer o quinto aborto?
¿Son tempranos delincuentes que roban aun dentro de su propia casa, para darse un pase de cocaína, o que usan toda suerte de mañas para guardar su imagen ante figuras de autoridad, pero que cada vez ingieren mayor cantidad de droga o alcohol?
¿Estas entregando a la sociedad jovencitas que no saben más que cuidar por todos los medios su belleza física y su figura?
¿Aplaudes y fortaleces a chicas vanas que no hacen sino mostrarse egocéntricas en casi todos los aspectos de sus vidas?
¿formas varones y mujeres eternamente infantiles, demandantes, minusvalidos emocionales y dependientes, que a la hora de enfrentar las consecuencias de sus actos se repliegan convenencieramente y se recargan en la primera persona que encuentran, empezando por la mamá.
¿Y que decir de tu relación de pareja? Te sugiero que revises tus indicadores de productividad al respecto: ¿para que ha servido y para que te ha servido esa relación? ¿Qué elementos de juicio y de valor has aportado a otras personas?¿has aportado modelos claves de relación sana o modelos clave de destrucción, pleito, inconformidad constante?¿Que podrías decir respecto de la arbitrariedad y la prepotencia en tu hogar?
Preguntarte por lo que produces en tu ambiente familiar no es una actividad superflua; mucho podrás aprender de las respuestas que te des.
No hay comentarios:
Publicar un comentario