Evangelizacion (Buena Noticia)
Mira que estoy a la puerta y llamo: si uno escucha mi voz y me abre, entrare en su casa y comere con el y el conmigo. Ap. 3, 20
sábado, 25 de junio de 2016
ORACIÓN POR LA FAMILIA
REFLEXIÓN
sábado, 8 de octubre de 2011
DESOLACION-CONSOLACION
1. TIPOS DE DESOLACION:
A) INTELECTUAL:
Aridez de pensamiento: imposibilidad de reflexionar o discutir; criterios falsos o desorientados con apariencia deslumbradora, dudas racionales, prejuicios, oscuridad mental, ideas fijas, ofuscación mental….
B) IMAGINATIVA:
Estados de distracción, imágenes vivas impertinentes, sueños que angustian, dificultad de atención y concentración sugestiones que excitan nuestros sentidos, imaginaciones morbosas, visiones temerosas o enajenantes, curiosidad malsana…
C) MEMORIA.
Recuerdos que perturban, hechos del pasado personal que nos impiden avanzar, daños o heridas
que los demás nos han causado y que no han sanado y que están influyendo negativamente
nuestra vida, olvido frecuente o continuo de Dios…
D) SENSIBILIDAD:
Resentimiento, miedo, tristeza, atracción irrefrenable, desconfianza, desaliento, soledad, vacío, angustia, inseguridad, desesperación, falta de gusto, sequedad de afectos, apatía, agresividad, intranquilidad, necesidad insaciable de ser apreciado, soberbia, vanidad…
E) VOLUNTAD:
Pereza, indecisión frecuente o permanente, apego a las personas o a las cosas, desobediencia y falta de docilidad, falta de disponibilidad al servicio, aflicciones desordenadas, frialdad, falta de amor, rebeldía, desánimo, atracción por lo que nos perjudica, desesperación, impaciencia, falta de perseverancia, caprichos, obstinación…
2. CAUSAS QUE
A) PUEDE PROVENIR DE
Puede haber causas de enfermedad, de inclinaciones hereditarias, de neurosis y daños psicológicos causados desde la niñez o aún antes, del estado neurofisiológico o del funcionamiento endocrinológico, del estado de enfermedad física o psicológica,…
B) DEL MUNDO (MEDIO AMBIENTE NEGATIVO, que de acuerdo con
(Vale recordar las prácticas del pecado histórico y del pecado estructural)
Puede ser el medio ambiente físico adverso (contaminación, ruido, insalubridad…) los medios de comunicación social que nos influyen negativamente, el medio ambiente negativo familiar o social, los condicionamientos sociales, estructurales, (políticos, económicos, culturales, laborales, religiosos negativos, etc.)
C) EL DEMONIO:
Son actitudes diametralmente opuestas y contrarias a las de Dios; son todas causadas directamente contra Dios y dirigidas al mal, pero unas veces son simples insinuaciones y otras veces están totalmente disfrazadas.
D) POR DIOS:
Cuando El las causa o permite para nuestro bien, como medios para que despertemos y tomemos conciencia, como situaciones o estados purificadores, (como el fuego purifica al oro en el crisol; como el forjador templa y forma el acero con los golpes y el fuego; como el entrenador pone pruebas y obstáculos al atleta para que supere marcas,…) siempre para nuestro bien.
3. VALOR ESPIRITUAL QUE PUEDE TENER
A) Dios puede permitir o causar la desolación si la persona está en pecado mortal, para destrabarla de su estado de pecado, Es para despertarla e invitarla a la conversión.
B) Si la persona esta en Gracia Divina, Dios la puede permitir o causar para purificarla, perfeccionarla y llevarla a la madurez espiritual. Es una ayuda para no proceder inmaduramente por sentimentalismos, por conveniencias e intereses, sino por verdaderas convicciones y amor puro; para darle un mayor sentido de responsabilidad a los actos personales y no actuar por puras inclinaciones positivas o negativas. Para ir educando en la verdadera libertad.
C) Para darme cuenta hasta que punto me llevan mis pasiones y pecados, mi irresponsabilidad y desamor (como en la parábola evangélica : el hijo prodigo se da cuenta hasta dónde lo ha conducido su comportamiento, ser menos que los cerdos).
D) Las desolaciones pueden ser los focos rojos de alarma que nos están indicando el peligro inminente; son como los dolores corporales, que son síntomas de la enfermedad y su localización.
Ciertamente que al maligno le interesa que el pecador no se dé cuenta de su desolación o no la tenga: al contrario, le presenta falsas consolaciones para que “se sienta bien” como esta y como va.
4. DIAGNOSTICO QUE DEBEMOS HACER DE LAS DESOLACIONES
A) Describirla bien.
B) Ver las reglas de discernimiento de espíritus.
C) Descubrir lo más posible sus causas.
D) Distinguir si hay o no culpa de nuestra parte; es decir, si nosotros la hemos propiciado o hemos puesto las condiciones para que se dé. Si ha habido culpa, para que yo evite lo que estoy haciendo. Si no ha habido culpa, para que evite y contrarreste las causas negativas. Si la causa es positiva (Dios), aprovecharla para mi purificación y crecimiento.
E) Criterio básico para su diagnóstico es el evangélico: “por sus frutos lo conoceréis” Gal 5, 14-22; Ef 5, 8-10; Rm 7, 4-5 . 19-20).
4. CONDUCTA ANTE
A) Nunca tomar decisiones de vida ni vocacionales cuando se esta en desolación.
B) Diagnosticarla y actuar con todos los medios prudentes para cambiarla de acuerdo con las mociones del Espíritu Santo.
C) Tomar conciencia de lo que puede hacer y tener paciencia, aumentando la oración, volviéndose más a Dios.
D) Acudir al director espiritual cuando uno ha puesto todo de su parte y no encuentra claridad, persistiendo largamente la desolación.
¿QUE ES LA DESOLACION?
La desolación puede presentarse como pasajera pero fuerte o intensa, o puede establecerse por un período mas largo. Puede medirse tanto por su duración como por su intensidad. La desolación es siempre una prueba a superar.
TIPOS DE DESOLACION.
A) INTELECTUAL: aridez de pensamiento; turbación de pensamientos; imposibilidad de reflexionar; criterios falsos o engañosos que nos parecen muy claros y evidentes; insistencia molesta de pensamientos bajos o que nos distraen; etc.
B) IMAGINATIVA: distracciones, falta de concentración, imágenes vivas impertinentes, sueños que nos dejan turbados.
C) SENSIBILIDAD: resentimientos; recuerdos dolorosos, fuertes atracciones que nos descentran y nos distraen, temores, gustos que nos enferman, pasiones enfermizas, tristeza, pereza, desconfianza, miedo, ansiedad, agitación, preocupación, inseguridad, desesperanza, falta de entusiasmo, descontento etc.
DE DONDE PROVIENE
A) EL MUNDO.
Aquí el mundo no es entendido como la obra buena creada por Dios, sino el mundo apartado de El por el pecado,, el mundo convertido en enemigo de Dios, “maldito”
(Gn 3, 17) “ el mundo en el que esta la muerte” (Sab 2, 24) No el mundo salido de las manos de Dios, sino el mundo rechazando a Dios (Jn 1, 10s; 15, 22), el mundo ateo (Jn 16, 9; 8, 24;15,22), el mundo sometido al poder de Satán (Jn 8, 44; 14, 30), al poder del dios de este siglo “ 2 Cor 4,4); este mundo que odia a Dios primero en las personas de Cristo (Jn 7,7), y luego en sus discípulos (Jn 15,18-25), a los que no deja de perseguir (Mt 24, 9; Ap 12, 17). Aunque es verdad que el Hijo del Hombre no vino para condenar al mundo sino para salvarlo (Jn 3, 17; 12,47; 1, 29) y es verdad que el príncipe de este mundo es el demonio (Jn 12, 31); Lc 10, 18 Ap 12, 9; 20, 1-6). El mundo sujeto a la esclavitud del pecado del hombre, gime con dolores de parto, para participar también de
El mundo separado de su Creador por el pecado rompe, desune también al hombre
y a su relación con el Creador. Así pues, el hombre se encuentra necesariamente
en el mundo, pero no debe ser del mundo (Jn17, 1-15), debe estar atento a huir de
sus seducciones y de su poder: “no os amoldéis a las normas del mundo
presente” (Rm 12, 2), “no améis al mundo, ni lo que hay en el mundo” (1 Jn 2,
15). El mundo no debe de conducir al hombre, sino al contrario, el hombre debe de
conducir el mundo a Dios para “recapitular todas las cosas en Cristo” (Ef 1, 10).
En resumen, muchas de las desolaciones provienen del mundo: como el afán desmedido de poseer en la sociedad de consumo, creación de febriles necesidades artificiales, desasosiegos económicos , ambiente agresivo, histeria colectiva manipulación publicitaria enajenante, erotismo ambiental que neurotiza, insatisfacciones sociales generalizadas, formas de violencia paralizantes del dinamismo humano, poder político y económico, agresores de la dignidad y de los derechos del hombre, represiones a las justas demandas, injusticia social que incapacita para vivir dignamente, horarios y regímenes de trabajo inhumanos, contaminación ambiental que enferma toda la persona, sistemas de transporte neurotizantes y agresivos etc.
B)
Aquí no entendemos la “carne” en su sentido bíblico positivo como obra buena creada por Dios, el “cuerpo humano”, el hombre (Gn 2, 23) en el que “La palabra se hizo carne” (Jn 1, 14), en el que Jesucristo “da su carne”, es decir su cuerpo en alimento (Jn 6, 52-57).
Aquí entendemos la palabra “carne” en su sentido negativo, es decir, como la naturaleza humana dañada por el pecado, apartada de Dios y enfrentada a El, incapaz para descubrir o revelar los misterios de Dios (Mt 16, 17)), incapaz de engendrar al hombre a la vida verdadera (Jn 1, 13; 3, 6), para juzgar rectamente las cosas de Dios. Aquí entendemos la “carne” en el sentido bíblico del hombre corrompido a causa del pecado, es decir, el viejo Adán, en contraposición al nuevo Adán Cristo, al hombre elevado por el Espíritu, por
En este sentido, la “carne” no sólo es débil y ordinariamente incapaz del bien (Rm 6,19;Ef 6, 12), el pecado original la dañó radicalmente y habita en ella (Rm 7, 18-25), y así la carne es causa de tentación, de malos deseos (2 Cor 12, 7; Gal 5, 16), de desolación y fuente de concupiscencia (Gal 5, 17; Ef 2, 3; 1 P 2, 11; 2 P 2, 10; 1 Jn 2, 16). La carne tiene sus apetitos, su prudencia maliciosa, su falsa sabiduría, en contradicción con el orden divino (Rm 8,6-9; 2 Cor 1, 12 ) por lo cuál no puede conseguir el Reino de Dios (1 Cor 15, 50). Hay que resistir a la influencia y “no vivir según la carne” (Rm 8, 1-2; Gal 5, 24) ni según los deseos de la carne.
Causadas por este cuerpo dañado, por esta “carne”, o naturaleza personal enfermedad por el pecado y sus consecuencias, nos vienen DESOLACIONES, como: morbosidades insistentes, depresiones, angustias, actitudes agresivas, temores, miedos, estados o actitudes de conducta causados por trastornos, neurofisiológicos, gástricos, renales, hepáticos, hormonales etc.
También tienen su origen en nuestra carne o naturaleza dañada múltiples complejos, neurosis, estados de ánimo anormales, negativas asociaciones de imágenes o ideas voluntarias o involuntarias. También provienen de la “carne” tendencias viciosas. La persona humana está profundamente condicionada a su propia historia desde el seno materno y muchas de las desolaciones provienen de ahí (Sal 51, 7)), sin que uno pueda conscientemente percibirlo de inmediato muchas veces.
C) EL DEMONIO.
Ciertamente que la causa principal y casi siempre la primera de toda desolación y mal está en él (Gn 3, 14; Sab 2, 24), aunque no conozcamos bien ni su identidad ni su inmundo (Mc 1, 23), el gran dragón, la antigua serpiente, el que se llama diablo y Satán (Ap 12, 9; Jn 8, 44; 1 Jn 3, 8; 2 Cor 11,3) la acción del diablo hacia el ser humano se manifiesta sobre todo con la obstinación, necedad o terquedad (Mc 5, 2-13;9, 17-26; Mt 9, 32; Lc 4, 33-35)
DE DONDE PROVIENE
Aparece, además, como el que siembra la cizaña (Mt 13, 24-39), el que arranca
Está pues claro que no siempre se puede distinguir la acción directa del diablo, porque gusta ocultarse o mezclarse con enfermedades psíquicas o nerviosas, con problemas de orden natural o social, etc., que no son siempre fáciles de discernir. Toda desolación que sea una conducción directa y consciente al mal proviene sin lugar a dudas de él, o que aparte del bien voluntariamente, aunque, muchas veces, el demonio se disfraza o actúa a través del mundo y de la carne.
Una de las principales desolaciones que introduce el demonio en la persona, es el desaliento y la cobardía, apartando la voluntad de la lucha y de la perseverancia, haciéndola desistir de la consigna de la santidad; entendiendo aquí por desaliento, un sentimiento de derrota completa acompañada a veces de sentimientos de engaño, de lamentación, de complejos de inferioridad, de pereza, de depresión, de rechazo y hasta de vergüenza, muchas veces acusando a los demás para auto justificarse o simplemente dejándose llevar por una total despreocupación y mediocridad; o buscando argumentos que traten de justificar el dejar las cosas de Dios por darte el primer lugar o más importancia a otras.
La desolación del desaliento puede afectar diversos niveles de la vida cristiana: la oración, la práctica de los Sacramentos, la lucha contra la pasiones desordenadas, la corrección de los defectos, el progreso en el ejercicio de las virtudes, la acción de servicio, de caridad, y apostolado; y este desaliento puede ser parcial o generalizado, pasajero o duradero.
Es verdad que las causas del desaliento pueden ser no sólo directamente del demonio, sino, como ya dijimos, el mundo y la carne; como el complejo de inferioridad, la timidez, peligros o sufrimientos físicos, pruebas morales y adversidades, traumas o golpes recibidos en la vida afectiva, incomprensión de los demás, o propio desaliento ante metas y medios mal propuestos, fracaso ante propósitos no tomados con sano realismo, fracasos en el apostolado, dificultades ambientales o sociales, criticas, burlas, desaprobaciones, oposiciones, que muchas veces tienen una raíz humana, la ignorancia de las propias posibilidades y la aceptación serena de las limitaciones y fracasos; y una raíz espiritual, la desconfianza en Dios, en su Poder y Gracia, falta de abandono a Dios. “Todo lo puedo en Aquél que me conforta” (Fil 4, 13). “¿Quién nos puede apartar del Amor de Cristo? ¿Las pruebas? ¿La angustia? ¿ la persecución o el hambre, la falta de ropa, los peligros de espada…? En todo esto triunfaremos gracias al que nos amó. Estoy seguro de que ni a la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes espirituales, ni el presente, ni el futuro, ni las fuerzas del universo, sean de los cielos, sean de los abismos, ni criatura alguna podrá apartarnos del Amor de Dios, que encontramos en Cristo Jesús Nuestro Señor” (Rm 8, 35-39).
DE DONDE PROVIENE
Ciertamente que Dios nunca quiere el mal, y la desolación lo es; pero si la permite es para nuestro bien, porque al fin y al cabo la desolación es el sentimiento o la conciencia, mas o menos clara o confusas, de la necesidad del bien verdadero del que carecemos; es como una luz roja o llamada de alarma ante la experiencia del mal, a manera semejante de lo que es el dolor en el cuerpo humano como la sensación de alerta ante el mal fisiológico, llamando a localizarlo y sanarlo.
Se puede decir que hay desolaciones que Dios si produce; por ejemplo:
1.- El sufrimiento o desolación, el dolor por haber pecado, por haber ofendido al Amor y
por habernos hecho daño apartándonos del Bien (2 Mac 6, 12-16).
a cada paso de ejemplos de este tipo de desolación.
2.- La insatisfacción penosa y dolorosa de no vivir la santidad a la que estamos llamados: como diría San Agustín : “nuestra alma tiene sed de Ti, Señor, y no estará satisfecha hasta descansar en Ti, puesto que nos has creado para Ti” (Rm 8, 18-27) “vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero (“Alma que pena por ver a Dios” 2 Cor 4, 16-18)
3.- A Dios le gusta, hablando en lenguaje humano “jugar a las escondidas” “coquetear” para que sufriendo su aparente ausencia lo busquemos y lo valoremos más. Es parte de la dinámica del amor ¿A donde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido? Como el siervo huiste, habiéndome herido; salí tras de Ti clamando, y eras ido; (Cantar de los cantares, Heb 12, 5-6)
4.- La desolación también puede ser producida por Dios, cuando clara y nítidamente trata de “purificarnos como el oro en el crisol” (Job 23,10; Zac 13,9; Jdt 8, 25-27; Sab 3, 4-6; Ec 2, 3-5).” El más puro padecer trae y acarrea el mas puro entender”. Dios purifica y prueba el amor (Dt 13, 3); Dios corrige al que ama, a su hijo (He 12, 6). Es camino y purificación para la bienaventuranza (Mt 5,3. 6;Jn 16, 20-22)
5.- Dios puede aprovechar, en su Gracia, muchas de las desolaciones que producen el mundo, el demonio y la carne en nosotros, a la manera en que
Es así como
Cristo acepta amorosamente
viernes, 9 de septiembre de 2011
TEMA: JESÚS ES LA SOLUCIÓN DE DIOS
jueves, 8 de septiembre de 2011
TEMA: EL MAL ENTRA EN EL MUNDO, EL PECADO
- Ya sabes cuales son las condiciones básicas para llevar a cabo cada práctica: tiempo suficiente, lugar apropiado, aislamiento personal, silencio, estado físico y psicológico tranquilo y sin grande fatiga, apaciguamiento emotivo y concentración mental, ejercicios de armonización.
- Toma conciencia de la presencia de Dios y de su Plan de Amor. Pídele que te haga conocer y experimentar la realidad y consecuencias del pecado. (Puedes volver a tomar el Salmo 139 (138)
- En la presencia de Dios y en ambiente de diálogo exponle y ponle en su corazón de Amor por ti cada uno de tus sufrimientos y males; pídele que te ayude a conocer el por que del mal, de las guerras, de la violencia, explotación, tristeza, enfermedades, etc. Expónselas con toda confianza, pregúntale y pídele su Luz y su Verdad.
- Recuerda que esta y las otras prácticas no se deben hacer rápido y al mismo instante. A cada experiencia del mal y del pecado ya sea personal o social, hay que hacer la parte de esta práctica.
- ¿Qué sufrimientos o males he padecido este día? ¿Qué causas que tienen alcanzo a descubrir? ¿cuales no alcanzo a entender? ¿en que han estado contra el Plan de Dios?
- ¿Qué males, desgracias, injusticias, sufrimientos en la sociedad o en el mundo he visto o escuchado en este día? ¿Cuáles son las causas que creo los motivaron? ¿En que han estado en contra de el Plan de Dios? ¿Cuáles no entiendo?
- ¿Qué pecados están a la raíz de muchos sufrimientos de mi vida, de mi familia, de la sociedad, de nuestro país, de otros pueblos?
- ¿Será cierto lo que mucha gente dice ante los sufrimientos, desgracias y males: “Es la voluntad de Dios”, “Dios así lo quiso” ¿Por qué?
- Procura ir eliminando poco a poco de tu vida aquellos pecados que llevan sufrimiento a tu vida y a tus seres queridos, comenzando por los que dañan la salud física o mental.
- Procura en tus acciones ir preguntando sinceramente cual es la verdadera voluntad de Dios, para tu bien y el de los demás.
- Invita a las personas que tratas y con las que convives a buscar la verdadera responsabilidad personal y social respecto de las causas, de los sufrimientos y males personales y sociales.